lunes, 30 de mayo de 2022

Hay alguien ahí.

Con ganas de todo y miedo de nada.

Con estrellas, cicatrices y libros.

Porque sí.

Te mereces si el mundo se derrumba.

Que me folle y me acaricie.

Que me sople la punta de la duda.

Que no decida sobre mi vida.

Que sea dueña de la suya.

Que tenga el corazón alejado de la cabeza.

Que quiera recorrer el mundo.

Que este cerca pero a ratos se vaya lejos.

Que no sepa vivir del todo.

Que tenga algún disco de Silvio.

Que quiera amar de una forma independiente.

Que conozca lo peor de mí.

Y sepa sacar lo bueno.

Que viva sin punto de apoyo.

Sin miedo al vacío.

Alguien que se ría de sus defectos.

Que habite en el país donde nacen los valientes.

Que no espere a que vuelva si me voy.

Que sienta hasta la última gota.

Que odie la eternidad.

Que ya conozca París.

Que olvide la dictadura del ego.

Que traiga en sus manos presagios e interrogantes.

Que sea compacta y volátil, catarata e iglú.

Que tenga mirada felina pero abrace como las hadas.

Que tenga un billete abierto al fondo del universo.

Que sea absoluta, incuantificable, libre.

Con ganas de todo y miedo de nada.

Con estrellas, cicatrices y libros.

Se busca, compañera para volar.

-Diego Ojeda.

Me tienes en tus manos.

 Me tienes en tus manos 

y me lees lo mismo que un libro. 

Sabes lo que yo ignoro 

y me dices las cosas que no me digo. 

Me aprendo en ti más que en mi mismo. 

Eres como un milagro de todas horas, 

como un dolor sin sitio. 

Si no fueras mujer fueras mi amigo. 

A veces quiero hablarte de mujeres 

que a un lado tuyo persigo. 

Eres como el perdón 

y yo soy como tu hijo. 

¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo? 

¡Qué distante te haces y qué ausente 

cuando a la soledad te sacrifico! 

Dulce como tu nombre, como un higo, 

me esperas en tu amor hasta que arribo. 

Tú eres como mi casa, 

eres como mi muerte, amor mío.


-Jaime Sabines.